domingo, 26 de enero de 2014

Existencialismo es un Humanismo - Jean Paul Sartre. Tome el control de su vida...

Los humanos somos proyecto, somos posibilidad; tenemos la opción de crear y recrear continuamente nuestras vidas; eso nos diferencia de manera fuerte de las cosas y otras especies, ya que las unas y las otras tienen de antemano un fin; un gran encanto de ser humano es que cada uno tiene que cultivar su propio fin; ser proyecto es una fortuna pero también una gran responsabilidad que debe asumirse con fortaleza y valentía.
La predestinación, la profecía, el horóscopo y tantas otras esperanzas vanas no son más que vías para intentar escapar de la responsabilidad que implica vivir; y sólo pretender escapar, por que no es posible hacerlo, siempre la vida estará ahí esperando su decisión y las consecuencias de las mismas. “La verdad sobre si mismo consiste en captarse sin intermediarios”.
Ese proyecto, esa posibilidad que es la vida humana será la expresión de las decisiones de los individuos en relación con los diversos entornos en los cuales existen, y esa relación tiene un foco fundamental que es la elección; el como cada individuo tiene la responsabilidad de elegir sus actos; cada sujeto tiene la gran tarea de decidir y las consecuencias de su decisión no sólo lo implicarán a él sino que tocará todo lo cercano, pero también influirán en general en todo lo humano; ya que cuando un sujeto decide no lo hace sólo para si mismo sino también para todo aquello y aquellos con los cuales comparte este mundo.
En el decidir se fundamenta la libertad y aquí no pretendo referirme a como la sociedad actual utiliza a cada momento la palabra libertad, muchas veces vacía o tergiversada; y hasta utilizada para defender actos que le son contrarios; detrás de la palabra libertad escudan la guerra, la barbarie, la exclusión, el exceso; quiero proponer la libertad para sentirla y pensarla desde la fortuna y la responsabilidad de elegir, de actuar en consonancia con la elección y de asumir las consecuencias de lo elegido.
Esta propuesta que tiene sus bases en el existencialismo, muchos la asimilan con el desamparo y la impotencia, pero no es así; todo lo contrario este pensamiento invita a contar con quien más le puede ayudar, con usted mismo.
Dice Jean Paul Sarte “El hombre es lo que hace con lo que hicieron de él” ¿Y ahora que hará con lo que hicieron de usted?

Para disfrutar y profundizar en El Existencialismo es un Humanismo de clic en los link siguientes.

@jairmontoyatoro
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domingo, 19 de enero de 2014

Desde El Elogio de la Dificultad de Estanislao Zuleta. Para cultivar la felicidad...

Vivir es vibrar, pero nuestra sociedad quiere asimilar felicidad con facilidad; quiere hacernos creer, y lo ha logrado en buena manera, que la vida ideal es aquella que no exige esfuerzo, en la que todo aparece confortable, sin cultivarlo; casi que sin pedirlo.
La felicidad humana debe incluir el palpitar cotidiano de la relación con los otros, con el mundo; aquella relación saludable y equilibrada que hay que plantar, regar, guardar, superar… La felicidad también está sustentada en la responsabilidad y la angustia que implica el decidir, en el respeto por el otro, en el vivir con el otro incluyendo su diferencia.
La felicidad no es un estado de quietud y de llegada  en el cual todo está dado al alcance de nuestros deseos, como si pudiéramos sumergirnos eternamente  en una baba tibia, dulce y dormida que no requiere nada, sólo el estar ahí…
El facilismo, la automatización, el no tener que pensar, que recordar, que buscar, hace daño; arrebata e imposibilita la facultad humana del elegir y convierte al usuario en una extensión de la máquina que usa (o quizás la máquina lo usa a él) y en simples organismos llevados y mareados por la ola mediática del momento que promete entretenimiento, vía de escape y negación de su propia vida. Lo anterior también convierte a los otros, por ejemplo, en simples listas de envío masivo y cosificado de cumpleaños, seudorecuerdos y “me gusta” maquinales vacíos e insuficientes.
La gran corriente de la actual sociedad propende y alberga contradicciones enloquecedoras, se promete como la era de las comunicaciones pero su producto más frecuente son individuos aislados, encerrados, con sus ojos atareados de imágenes y sus oídos saturados de ruido; la propuesta y su logro son deambular conectados a artilugios que oculten al otro, que nieguen el entorno que se vive; pero la consecuencia mayor es que no sólo logran desvincular al otro, sino que alejan de sí mismo a quien depende de estos aparatos; al estar siempre enganchado con aquello que lo entretiene, el individuo pasa a ser un ente automatizado que no tiene tiempo de mirarse así mismo, aún peor que se aterroriza frente a un momento de silencio, de calma; un sujeto que se siente desamparado y aterrado ante el sosiego y la libertad de mirar, oler, palpar, escuchar, conocer el mundo que esta al alcance de su cotidianidad.
Un humano embrollado en todas estas promesas de Un Mundo Felix, como el de Aldos Huxley, sólo dará tumbos entre todas aquellas seudo-felicidades que le ofrecerán el consumismo, la secta religiosa, el partido político, el equipo de fútbol, el artista de moda; todo  el estrépito de la comunicación y el espectáculo le hará perderse de estar un poco a solas consigo mismo, viviendo, vibrando, sufriendo, gozando y volviendo a empezar con sus sueños, sus derrotas, sus logros, sus miedos.
Para la actualidad no hay momento peor que el del silencio, el de la calma, el del caminar lento; es una sociedad que incita al desespero, a algún tipo de esquizofrenia; y para asumir esto sólo hay que tomar de nuestra humanidad la capacidad de disfrutar el silencio, de buscar un poco de soledad, de cultivar el esperar tranquilo en la fila y en la vida, de desencantarnos de las promesas de paraísos, como aquella ilusión de almacén, que quiere hacer creer que la felicidad viene empaquetada en sus artefactos que perderán vigencia en la promoción de la próxima temporada.
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El elogio de la dificultad y otros ensayos - Estanislao Zuleta

domingo, 5 de enero de 2014

Pensar-Sentir-Actuar lo ambiental, mucho más que sembrar arbolitos y no tirar basuras al suelo... Desde Fritjof Capra y La Trama de la Vida

Uno de los paradigmas con los cuales hemos crecido y que está encarnado en nuestro sistema de instrucción, de producción, de vida, es que los humanos estamos separados de la naturaleza; que los humanos existimos acá y la naturaleza está allá, que hay que ir a verla en vacaciones o el fin de semana… Bueno también nos han enseñado que esa naturaleza es salvaje y que hay que dominarla, y que una expresión de civilización es nuestra dominación de la naturaleza.
En los últimas décadas se ha vuelto recurrente el tema ambiental, pero desafortunadamente este es hoy “un mar de conocimiento con un centímetro de profundidad” máxime cuando se simplifica y equipara lo ambiental con sólo acciones como sembrar “arbolitos”, reciclar o poner un aviso en el cual se dice “somos amigables con el medio ambiente”.
Es bastante frecuente y desconsolador escuchar el barullo del desarrollo sostenible, de las normas ISO 14001 y similares; iniciativas que son útiles pero dramáticamente insuficientes; iniciativas con un gran énfasis en lo productivo, en lo administrativo, en lo económico, y sin afloramiento o con un asomo apenas residual de la comprensión de la vida y como esta es la parte medular del asunto.
Lo ambiental es denso, con muchas tramas e hilos que lo atraviezan, lo entretejen y le dan forma; lo ambiental tiene que ver con los ecosistemas y con los humanos que habitamos esos ecosistemas, con nuestras historias, nuestras costumbres, nuestra cultura.
El paradigma de humanos separados de la naturaleza no refleja la realidad, ¿acaso los humanos no somos naturaleza? ¡Claro que lo somos! cada molécula, cada aliento son naturaleza; los humanos somos una hebra en toda esta trama de vida que existe en los ecosistemas, vida que florece y danza en la tierra en todo lo biótico y en densa relación con lo abiótico. La vida de unos organismos no es separable de los otros, ni siquiera se puede separar la vida de los elementos no vivos como los minerales, los gases, etc. todo está relacionado.
Lo social no existe separado de lo ecosistémico, lo ambiental pasa por toda la complejidad que implica ser humano; ello atravieza nuestra relación con los otros humanos, pasa por la inequidad,  por el consumismo, por el despilfarro, por la voracidad hacia los materiales, por el sistema productivo vendiéndonos bienes que cada vez duran menos. Para cada una de estas causas habrá que encontrar sus contrapartes que las contengan o las eliminen; el modelo de producción-consuma-endeúdese hace mucho viene mostrando sus límites y sus efectos.
Intentar pensar el mundo que habitamos es una responsabilidad de todos, tratar de sentir y comprender porque actuamos de esta manera con los otros humanos y con el ecosistema es una pregunta que debe alumbrar nuestras decisiones.
Para abordar de mejor manera lo ambiental es necesario sentir, pensar, conocer, estudiar las propuestas que han surgido; plateamientos que abordan lo económico, lo cultural, el desarrollo, la vida, etc. y con ese propósito les invito y propongo el libro La Trama de la Vida de Fritjof Capra, el cual es una mirada cautivamente, profunda, retadora, pero ante todo repleta de lupas para mirar y actuar en este mundo que habitamos.
jairmontoyatoro@gmail.com
@jairmontoyatoro


http://www.fisica.ru/dfmg/teacher/archivos/23628553-Capra-Fritjof-La-trama-de-la-vida-1996.pdf