jueves, 25 de septiembre de 2014

Atlas global de justicia ambiental

 Atlas global de justicia ambiental


Colombia es uno de los cinco países que albergan la mayor biodiversidad del mundo, es una gran fortuna pero también es una gran responsabilidad para todos los que habitamos estos territorios.

Conocer, estudiar, apreciar nuestros ecosistemas es un asunto necesario y vital para que en el largo plazo estos lugares puedan seguir existiendo de manera equilibrada, con sus diferentes expresiones de vida y ella incluye la permanencia de los pueblos que habitan nuestra variada geografía.

En aras de aportar al acercamiento, estudio y profundización de herramientas para que la sociedad conozca y lidere procesos adecuados sobre lo ambiental, es que se propone el abordaje y difusión del Atlas Global de Justicia Ambiental.

Esta herramienta es fruto de un equipo internacional de expertos que viene construyendo y poniendo a disposición pública un Sistema de Información Geográfica - SIG con mapas temáticos y regionales que cubren conflictos ambientales de todo el mundo.

Los conflictos están agrupados en temas como: extracción de minerales, combustibles fósiles, agua, residuos, turismo, biodiversidad, energía nuclear, infraestructura, industria. La plataforma permite el acceso a información de decenas de variables sobre los más de 1.200 casos documentados hasta hoy; los datos se pueden filtrar por países, por compañías, por producto, por tipo de conflicto, etc.

De acuerdo con este atlas Colombia es el segundo país con la mayor cantidad de conflictos ambientales, 98 casos, estando mád del 70% de ellos relacionados con extracción de minerales y usos del agua; en todos los casos se puede acceder a información sobre el origen del conflicto, los actores, la población afectada, las acciones que se han tomado, etc.

Muchos de los conflictos colombianos son en páramos, humedales, selvas, manglares, territorios indígenas y campesinos; lugares que acogen gran cantidad de biodiversidad endémica y de culturas únicas. Estos conflictos afectan de manera directa a más de ocho millones de colombianos y sus impactos directos son en más de dos millones y medio de hectáreas.

La inmensa mayoría de los casos que hoy Colombia padece han sido originados en los últimos 20 años y parece que la tendencia es seguir aumentando, máxime cuando las empresas y los políticos niegan y minimizan la gravedad del problema y al contrario de reforzar herramientas para una mayor responsabilidad con los ecosistemas se relajan y hasta eliminan los pocos e ineficientes controles existentes.

Para contrarrestar este modelo arrasador de ecosistemas, culturas y pueblos, es necesario informarse, estudiar, discutir, socializar, movilizar y ahí hacen un aporte importante recursos como el Atlas Global de Justicia Ambiental.

@jairmontoyatoro
jairmontoyatoro@gmail.com

viernes, 5 de septiembre de 2014

Hablando desde La Educación Prohibida

De la educación se habla con frecuencia, se le alaba, se le critica, se le pide, se espera mucho de ella, se dice que es el camino para superar todos los problemas sociales, se dice que los estudiantes no quieren aprender, que los maestros son malos, que para el gobierno no es una prioridad, que la escuela es aburrida, que las familias no hacen su tarea... Se dice que...

Lo que se ha hecho hasta hoy en educación tiene aciertos, muchos, pero también hay que evidenciar sus precariedades, sus malos resultados, sus efectos dañinos.

El modelo de educación imperante sigue soportado en el adiestramiento, en lo instrumental, en la competencia; además se le ha integrado el Fordismo, que se expresa en estandarización, masificación y productividad; buscando como fin lograr grandes volúmenes de sujetos con información y un parecer similares, que puedan integrarse eficazmente al modelo de producción y consumo que rige la sociedad.

La educación debe ser mucho más que formar trabajadores calificados y adiestrados, que formar consumidores voraces y con capacidad de compra; la educación debe mantener y animar el gusto humano por el conocer, por el aprendizaje; hay que ayudar a los estudiantes a cultivarse y desde ahí dejar brotar, dejar emerger... Dejarlos seguir sus caminos; a esta sociedad del control y la productividad le asusta lo anterior ... Se dirá que se pierden tiempos, que se pierden recursos, que se pierden los muchachos; a este decir no hay que temerle, por el contrario hay que rebatirlo.

La educación debe estar centrada en el estudiante y no en el modelo de producción y consumo; además debe ser vivida desde el respeto, la responsabilidad, el amor; frente a esto alguien puede decir: “nuestro Plan Educativo Insitucional está construido desde el Desarrollo Humano”, pero este término o cualquier otro de moda, utilizado para nombrar un plan educativo no logra la transformación; ésta sólo se da en la medida que lo escrito sea consonante con el vivir de la comunidad educativa; y desafortunadamente los espacios de educación, independiente de cómo se les nomine, siguen animando a los chicos a la competencia, a la separación, a la exclusión... y por tanto a lo inhumano y trágico que esto conlleva.

El sistema educativo hace parte del modelo social y en esta sociedad lo preponderante es la acumulación de objetos y dinero, todo se tasa en monedas; de allí se deriva que es recurrente escoger que estudiar basándose en la paga que se recibirá cuando se ejerza, no importa que tan interesante pueda serle a alguien lo aprendido, prima la recompensa financiera.

Al ser la educación uno de los hilos del tejido social esta no puede ser criticada y mejorada observándola como unidad separada del resto del vivir en sociedad, para modificar la educación hay que pasar también por modificar nuestras expectativas como sociedad, nuestra manera de ser humanos.

El camino hacia una educación que responda mejor a nuestra necesidad de seguirnos humanizando, de ser felices, es un trayecto exigente, difícil, las respuestas no son evidentes ni fáciles de aplicar; pero es necesario abordarlo con seriedad, con rigor, con entereza. Hay que resolver muchas preguntas, preguntas-camino, preguntas-tensión, preguntas-inicio; habrá que seguir preguntando por ejemplo:

¿Cómo integrar la diversidad de individuos y culturas con la necesidad de educación de la sociedad?

¿Cómo conciliar las necesidades e intereses de la sociedad con lo que el estudiante desea y necesita aprender?

¿Cómo lograr que el centro sea el estudiante y no el modelo de producción y consumo?

¿Cómo interesar a tantos estudiantes apáticos frente a su educación?

¿Cómo lograr el trabajo disciplinado y riguroso de la comunidad educativa (estudiantes, familias, profesores, administradores) en un mundo que predica y practica el facilismo?

En estas y muchas otras preguntas hay gente pensando y actuando: estudiantes, maestros, familias, gobiernos, industrias...


La película La Educación Prohibida es un buen recurso para cultivar un ambiente de reflexión alrededor de lo tratado en este artículo, en ella se visibilizan experiencias que se alejan del modelo tradicional; individuos, sociedades y culturas están intentando otros caminos, otro sentir, otro esperar, otro crear de la educación... 

Disfrute el trailer y si lo cautiva: viva, piense, sienta, imagine, alrededor de las propuestas-sueños de una película que se pregunta de manera profunda por nosotros, pero fundamentalmente por el mañana de todos.

@jairmontoyatoro
jairmontoyatoro@gmail.com

Ver el trailer de La Educación Prohibida


Ver la película La Educación Prohibida